alucinación del que crea mientras sueña,
bocanada de humo difuso de marihuana,
flor inconclusa que no está viva ni muerta.
Miento al disfrazar el ansia de palabra.
La felicidad: Sentir que se desprende de mi,
dejándome percudida de su ausencia inexplicable.

el peso ligero de la volatilidad de su cuerpo
bailando su danza de cortejo sobre mi.
Ilusión de una fuerte corriente de agua
que no calma ninguna sed
y tampoco apaga ninguna llama.
Incendio inútil de las cenizas de mis pasiones.
Acróbata implacable en el acto del clímax.
Deja caer el beso de sus alas
de forma violenta sobre el espaldar de mi cama,
pinta huellas imborrables en mis labios
tras cada desplome del segundero
Esa sorpresa de encontrarla en el camino
bajo la promesa muda de un después.
La condena de saberla tan ajena y tan mía
tan incierta y a la vez tan cotidiana
hilando recuerdos sobre la raíz de su pelo.
La fé de una falsa empatía.
La mentira de una sonrisa autómata.
La dicha de la luz de una vela para el ciego.
¿...Y al final para qué?
Sí la dicha se aplaca por la vergüenza de unos ojos blancos.